"La implicación de las familias y de la comunidad en los centros escolares incrementa el rendimiento escolar, ya que contribuye a mejorar la coordinación entre el hogar y la escuela, especialmente ne el caso del alumnado perteneciente a minorías, y también el rendimiento académico de los alumnos y alumnas con discapacidades. La implicación de las familias y de la comunidad también permite transformar las relaciones con el centro escolar, favorece la creación de modelos de género alternativos para superar las desigualdades en el rendimiento académico y permite construir unas relaciones entre géneros más igualitarias". (INCLUD-ED).
Si nos paramos a leer con detenimiento esta afirmación encontramos una gran importancia sobre la participación e implicación de las familias. Escuela y familias no deben ser dos contextos diferentes, sino que deben unificarse y trabajar juntos a través de la escuela (la cual debe facilitarles el acceso) con un carácter individual (con el tutor) y colectivo (Ampas y Consejos Escolares).
Sin embargo algunos de los problemas son la falta de interés del profesorado, de reconocimiento de diversidad familiar y la falta de confianza de los padres por el desprestigio que sufren en ocasiones los docentes. Además encontramos dificultades en la gestión del tiempo por lo que aquellos padres que tengan trabajos con poca flexibilidad horaria tendrán problemas para dedicarse por ejemplo a ayudar a sus hijos con los deberes. (Beltrán, 2012).
Así pues, destacamos la necesidad de la existencia de relación entre familia y escuela con el fin de mejorar la calidad educativa y desarrollo de los alumnos, teniendo en cuenta por parte de la escuela y profesorado que no pueden tratar a todas las familias por igual, por lo que deben conocer su realidad y ser sensibles a los cambios sociales y familiares.
Encontramos diferentes tipos de participación de la comunidad (Gatt y Petreñas. Pág.51):
- Informativa: las familias reciben información sobre las actividades escolares, el funcionamiento del centro y las decisiones que ya se han tomado; las familias no participan en la toma de decisiones en el centro; las reuniones de padres y madres consisten en informar a las familias sobre dichas decisiones.
- Consultiva: los padres y madres tienen un poder de decisión muy limitado; la participación se basa en consultar a las familias; la participación se canaliza a través de los órganos de gobierno del centro.
- Decisoria: los miembros de la comunidad participan en los procesos de toma de decisiones, teniendo una participación representativa en los órganos de toma de decisión; las familas y otros miembros de la comunidad supervisan el rendimiento de cuentas del centro en relación a resultados educativos que obtienen.
- Evaluativa: las familias y otros miembros de la comunidad participan en el proceso de aprendizaje del alumnado, ayudando a evaluar su progreso educativo; las familias y otros miembros de la comunidad participan en la evaluación general del centro.
- Educativa: las familias y otros miembros de la comunidad participan en las actividades de aprendizaje del alumnado, tanto en horario escolar como extraescolar; las familias y otros miembros de la comunidad participan en programas educativos que dan respuesta a sus necesidades.
Por tanto, ¿qué podemos hacer para mejorar la relación familia-escuela?
- Debemos mantener una comunicación con las familias a través de reuniones, boletines, correos, webs, etc.
- Incorporar metodologías participativas.
- Comisiones participativas.
- Investigación para la participación: conocer a las familias y sus circunstancias, temas de interés, difusión de resultados.
- Formación y sensiblización: centros, docentes, familias.
Lo esencial es creer que otra escuela es posible y prepararnos para ser protagonistas del cambio.
Fuentes: Power Point de María del Carmen Sánchez Pérez, profesora del departamento de Sociología en la facultad de Educación de Albacete. UCLM.
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